Debe ser porque no sé. Ni
qué hago ni qué digo. Es seguro que no entiendo y sabiendo que está mal, es cuando mejor me siento. Será porque no lo creo, porque de
mi piel no te despego. Por ahí es nada más que un momento, pero son
toneladas lo que siento. Y si no sigo es porque me miento. Pero me
quedo y te encuentro. Será la locura de mi vida. O será que ya no es
solo mía. Por más que me obligue seguís viviendo en mi día. Y yo
creo que es la magia que me anima. Pruebo y todo es más que lo que
intento. Soy mi parte de tu juego.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
martes, 16 de septiembre de 2014
13 de Diciembre de 2006
Sin cesar todo gira y
gira. Increíble es la vida que te tira. No es simple ni divina, solo
crispa y te afila. Es así hoy la mía, que de tanto escurrirla esta
vacía. Son las hojas del árbol, son las gotas del rocío. Es estar
viva en cada brisa, cuando de a poco van bajando las heridas. Yo me
acuesto en la orilla y la espuma tibia me moja y me acaricia. Y el
cielo una vez más se estrella, sin sacar de sus esferas cada vela.
Con la luz en las pupilas y la sangre burbujeante, siento el corazón
latir sin prisa. No son dioses ni diablos. No son buenos ni son
malos. Son momentos del camino que aglutinan el destino. Y los pozos
que esquivo, como precipicios me espantan. Si sin querer caigo en
alguno, el agujero negro me rescata. Me pierdo, me odio, me callo y
vuelo. Cosas descocidas que de adentro le salen hormigas. Parches en
la casa que cuando hay tormenta se desatan. Flores en la basura que
huelen a podrida hermosura. Es la vida todo esto, y mucho más que
creemos muerto. Son delicias en cristaleros rotos, es el agua
estancada del sótano, son las mariposas de membrillo. Todo junto
desordenado, crea caos equilibrado. Rompen sueños de papel cada gota
de tinta que no se deja caer. Un impacto alocado me da la clave del
espanto. Rojo carne, verde hielo: es la síntesis del desasosiego.
El sudor salado de mi frente habla por mi cuerpo que es muy fuerte.
Mis labios en carne viva, extrañan la saliva que ya no los lubrica.
Serán azules los días que faltan para encontrar de nuevo la sonrisa.
Serán dulces y amargos, serán lindos y extraños. Serán todo lo
que deban ser para culminar con el desconsuelo. Serán alivio y serán
duelo. Serán nada, pero llegará el segundo en que los encierre en
mi ombligo y a partir de ese momento sólo habrá contento.
Parafernalia
Parafernalia,
el alrededor, todo, todo el tiempo y nunca. Sigo sin saber demasiado
de lo que muchas veces pretendí saber. El recorrido intenso de la
mirada, no sé adonde va. Flexibles horas encadenadas que se hacen
hueco en el espacio y se caen como dominó. Pero no marcan un sólo
punto en el inmenso desconcierto que prevalece. Sinceridad con miedo.
Amor de refugio. Calor de una noche envenenada de viento. Algunas
veces quiero morir. Otras quiero sentir. A veces deseo salir, ayer me
quería quedar acá para siempre. Una vez me caí, todavía no sé si
alguna vez me levanté. Siempre camino, siempre me olvido. A veces
miro, de todo lo que veo, poco creo.
Platón
Envuelta en intimidades ajenas, descubrí despierta que lo soñado no es suficiente. Sentí dejarlo todo y descreer, aunque una voz que sabía me dijo que no. Sumergí mis ideas revoluciondas en agua hirviendo y la sangre como siempre empezó a borbotear. Pero ya no crujía lastimada ni ardía en la carne viva. Pensé y pienso aún, tal vez ya tomó ese color azulino de la muerte, tal vez ya no es ese carmín líquido que otras veces sentí morir. Me seducía morbosamente la idea de llamarlo con ese nombre secreto, el de ellos, esos en los que yo no entro. Son años, noches, un universo platónico en el que mi estrella no nació. Irme sería sensato, pero esa sensatez en mí no cabe. Callar, ignorar, cantar alegría aparente para no desestabilizar el mundo dorado. Eso que lo hagan otros, yo no. Me cambia por completo la existencia, y el espacio se pone vicioso, y mi alma se transparenta idiota ante todos los ojos intrigados. Pésima intérprete de la felicidad barata. No concibo en mi estancia la contención estúpida de la verdad. Debí haber recordado que soy ruinas reconstruidas de pasados de cristal. Pero una vez más la aguja de metal se encarga despiadada de romper mi fragilidad. Al fin de cuentas soy sola, íntima, mía. Así ahora y acá, así en la amarga eternidad. Aunque me beses y me abraces, a tu mundo privado no puedo entrar.
Hema
La sangre brota, rota.
Invertida de la forma más excelsa
sana, aguada, a veces lastimada.
Dulce cáliz con amargo rosa
la sangre rota, brota.
Espesa, raída como una piedra
fluyendo, aún, no está muerta.
En su oscuro arroyo, un surco rojo
la sangre brota, rota.
31 de Agosto de 2009
Esos
ojos de agua, mojados de celeste, de llanto del ayer, que antes eran
rosa, que ahora ya no es.
Me
miraban enternecidos, de bronca y con castigo, de un anhelo
impotente, de ese romántico idilio
que no fue.
Y cómo me juraban, mientras se desvanecían en
la puerta, que esto nunca iba a terminar, jamás.
Con
odio sagrado, de ese interno, que quema con escozor cada partícula
sensible de la piel.
Una
vez más, mi sangre lastimada, renovada de tristeza, teñida de cielo
en mis sueños de crueldad.
Con
angustia desmedida, la realidad de a poco se abría con el día, de
noche al amanecer, con mi enojo los echaba, los volvía adónde
tienen que ser.
Y los malditos recuerdos mirados, de mentira un poco, pero mucho más
de una verdad extinguida, me torturaban con resabios de amor nirvana.
Eran
cómo el fuego cuando hace quemar, me recorrieron el cuerpo entero,
avivando las heridas ya sanadas, cocidas con hilo de gran caudal.
Pero
también eran cómo el viento que las seca en olvidos, las hace dejar
de arder.
Esos
ojos acuarela, azul y blanco, como el cielo, no son tuyos ni de
nadie.
Son de esos amares aguamarina, que el tiempo pintó de
extrañeza.
Que
los hizo de un color enamorado que una vez yo supe cómo fue.
13 de Julio 2009
Las
imágenes recorren su cabeza, como fragmentos de película, fugaces
se entretejen en tramas desconocidas que fuerza para que se vinculen
entre sí. Sabe a la perfección imperfecta los detalles vagos de su
historia. Quiere contarlo. Desea sacarlo de sus pensamientos y
convertirlo en letras agrupadas que formen palabras, las mismas que
por signos establecidos se harán frases, que dirán cosas, esas que
no sabe del todo como dirá. Pero qué las dirá, eso es seguro.
23 de Junio de 2009
De
ayer y de hoy, algunas verdades. Crudas, rozan la piel y se me eriza.
Creo que no es cierto, sino es reflejo de lo que alguna vez fue vida.
Es que no tengo tiempo para más mala sangre perdida, entonces todo
tiene un dejo de desidia. De a ratos me contento, de a ratos me
retengo. Son más las horas que quisiera estar dormida que las que
despierta me mantengo. En estado de armonía doy pocos pasos, pero de
esos estoy segura. El resto son corridas que se aceleran por la
tontería de mis años torpes que nunca avanzan del todo. La eterna
vida del saber, la corta brecha de las seguridades, la intensa duda
del futuro. Estoy desencantada de la gente, no de todos, pero sí de
más de los que alguna vez supuse. No es que me hayan dejado sin
resto para seguir adelante, pero me dan la confirmación de que no se
si alguna vez voy a llegar. Tampoco es que creía que todo iba a
estar dado por la simpleza de quererlo, pero no me cierra que nunca
nada llegue. Una constante de búsquedas, de amores y de dolores, de
los primeros verdaderos y de los segundos, aleccionadores. Poco, es
casi nada, lo que hay debajo de tanta energía puesta al servicio de
la efímera sensación del tal vez.
9 de Junio de 2009
Del
encuentro sublimado al encuentro realizado, infinitas palabras
escritas. De extraños y de extrañarse, que la fantasía los
mantuvo en vilo con una ansiedad reprimida. Las imaginarias caricias
de toda aquella osadía, envueltas en un paquete rojo de una calle
perdida. Que la vida les había puesto la consigna, que de la idea
magnífica la realidad es bien distinta. Pero sin compasión por las
sabidas sensaciones posteriores, sin culpa ni agonía. Que por corto
o largo de ese día, que ya sabían lo que venía. Que por injusto no
dejó de darles un gusto de calidad desmedida. Por un amor de
plastilina decidieron dejar salir el egoísmo que los desvanecía.
Que no pensaron en ese instante eterno en otra cosa más que en la
magia que los unía.
Que todavía hoy no saben qué vale más, si una sonrisa virtual contenida o las mil y una gotas de sudor que por sus cuerpos corrían.
Que todavía hoy no saben qué vale más, si una sonrisa virtual contenida o las mil y una gotas de sudor que por sus cuerpos corrían.
9 de Mayo de 2009
Que
es poco lo que dice, no porque quiera callarlo, sino porque es
inabarcable el espacio. No entra todo de una vez, pero tampoco
serviría. Ni un detalle diminuto de lo que saben de uno se compara
con lo que se es. Tampoco se tienen grandes pretensiones, pero
qué difícil es,
a veces, ser quién uno cree que es para los que ven. No importa para
los otros, importa para el ser. Y se la pasa el débil viviente
tratando de darse a entender. Pero sufre con la certeza de saber que
nunca va a poder ser. No él mismo, sino quién quiere ser, para el
de todos y para su propio bien. O
eso al menos cree.
3 de Marzo de 2009
Uno
de esos locos desorbitados. Que no sabe ni calla cuando todo está
salado. Uno de esos pobres mares ordinarios. No por común ni
olvidado, sino por el sarro de los labios. Y es visto sin prejuicio.
De amor y calma y precipicio. No está hecho de alquimia, es producto
del viento frío. Que es cuerdo y desquiciado, a la vez, como blanco
y manchado. Sigue en su ruta de papel, con pies de lazarillo joven y
mal nutrido. Con miedos inventados, de poco tiempo y mal gastado. Sin
dientes afilados, para cortar el ruido que no sabe hacer. Grita y
calla y su voz es de cenizas. Porque nada más que trizas son sus
risas. Un loco desahuciado. Que de llantos de desidia calmó con
placer. De rehacer siempre supo, sin nada absoluto tener. No porque
no tenga, porque no sabe querer. Ni eso, ni de posesiones gratis sabe
comer. Tierno loco mentiroso, que de lluvias vive sin perder. No por
audaz, por capaz. Es fácil su perder. Suma restas que lo van a
someter. Uno de estos días amarillos su capa de fiselina va a
decaer. Capaz por audacia un tormento enemigo lo haga ver. Difícil
tarea, imposible de una vez. La esperanza, loco irrespetuoso, es lo
último que has de perder.
30 de Enero de 2009
En
mis tardes de amores olvidados, me canso de mirarlos a todos con los
ojos atenuados. No sufro penas desmedidas, son más bien tramos
cortos de dinamita entretenida. Es la hora que pasa a contramano,
queriendo desmechar el velo de mis años. A la vuelta de la vida, uno
sabe que no hay tanta rebeldía. Me hundo en sinsabores y saldos, que
son en realidad mentiras trazadas con risa. Uno es tarde y es prisa.
O acaso son mis pasos que los encuentro en espinas de caricias.
Llueven tiras de almas rotas y confundidas sobre mi cabeza. Me
pregunto si son ellas las que me darán la bienvenida. Se cansa uno
de tanto renacer. Pero sin quererlo una y otra vez lo vuelve a hacer.
Más allá aguardan los destinos, insensatos y desprolijos. Mis oídos
se derriten al mancharse con palabras de metal, frías y cortantes,
disfrazadas de autoridad. Todos dicen saberlo todo, yo creo que
tienen gusto a agua. Podrida.
9 de Noviembre de 2008
Extraño
tu ausencia
cercana, como prueba de que alguna vez estuviste acá. Ahora veo y
aunque nunca estabas, tengo la certeza de que no estás. Antes eran
mentiras que de a ratos olían
a verdad. Tu filosofía de recovecos, ideas y salidas, desparramadas
en mis narices al azar. Algunas veces nos cruzamos, pero prefería no
estar. Algunas veces te busqué, pero el destino era no acertar. Me
acuerdo de la primera, ajustada, casi sobria. Acartonada y
disfrazada, era de mirar. No supe todo ahí, pero sentí que no me
ibas a agarrar. Muchos vientos enrroscados me hacían caer para
atrás. Me levantaba y sabía como avanzar. A veces quería
amedrentar.
Probaba, sacaba, chillaba y otra vez volver a intentar. Otras veces
quería simplemente gustar. Al final, como todo, hasta lágrimas te
empiezan a brotar. Entendí firmemente que en esto, con vos no iba a
contar. Hoy lo pienso, sin querer alborotar, ¿porqué se hace tan
difícil
cuando uno tiene ánimos de amar?
5 de Agosto de 2007
En
la oscuridad nata de mi ángel, cuento historias que son mías. Salen
las palabras pegajosas como miel de los panales. En mi mente hay
destrozos y escombros de tu huida. Quedan manchas de amor por toda mi
anatomía. Está agujerado mi centro por alfileres clavados en mi corazón. Multicolor es el dolor que cada día siento. En cuotas sale
el alivio para que cada mañana me levante de mis sueños. Me
encierro en un lugar infinito, lleno de locura y de acierto. Doy más
vueltas que un planeta perdido en otro universo. Al único lugar que llego es al escalón del subsuelo. De a poco unos más invento, para
ir subiendo sin aliento a cada encuentro. Por inercia de pronto
suelto una sonrisa. Creo ahí que la angustia será finita. En el
barro se forman grietas, son dulces dibujos de tu silueta. Con cada
paso la mastico, la desintegro y la inundo hasta quedarme quieta. El rocío salado mata cada flor que nace a mis costados. Sin embargo
salgo al ruedo entre los prados y encuentro en cada semilla un nuevo
deseo. Desespero con tranquilidad, sueño mentiras que de a ratos son
verdad. Concibo cada idea con pinzas de cristal. Ahora hay que tener
cuidado de no volverse a equivocar. Busco por dentro ocasos
amarillos, para ver salir el sol cuando mi cuerpo esté listo. Todo
esto en caos lo vuelco en papeles de ceniza. Plasmo sentimientos como
en un pizarrón se escribe con tiza. Duermen en este mundo mis
sensaciones de muñeca de porcelana. Son frágiles y blancas, son
distintas y extrañas. Es mi planeta de niña, es mi Marte de cada
mañana.
12 de Noviembre de 2008
Fueron
años de crecer. Intrépidos tormentos, fugaces felicidades,
desorbitando mi planeta de a ratos, otorgando gracia por instantes
que ni siquiera merecía. Fueron estirando la vida, alejándome a
cuestas de mi restos del día. Años de soledades en compañía, de
momentos inventados de caricias, de risas vagabundas y cortinas de
hielo. De mi ser que no reconocía a veces hasta en ocasiones
íntimas. De mi sangre brotada, lastimada, cicatrizada, hecha costra
y corrompida. Fueron años de cristales rotos y de deliciosos
festines compartidos. De caer y levantarse adentro de la rutina. Años
de sabiduría barata y de baratijas que me enseñaron una tonelada. De
redundancias contempladas bajo la piel agrietada. Fueron años
claros, sucios y semi amargos. Varios años, años de una mezcla
insensata de vulnerabilidad y rebeldía. De estar todo el tiempo
construyendo lo que no veía en la cercanía. Años de locura
malinterpretada y contenta, con resabios de corazones en otros
lechos. De espinas dolorosas de las más preciosas flores peligrosas.
Años de duda en resplandor, desilusión con temor, amor sin motor.
Años de destilación emocional que licuaron de mis venas los
residuos. Fueron muchos, esos años viejos, los que ya no tengo.
Fueron años hechos a medida. Años que no cambio ni por siete vidas.
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